No me ha gustado nunca
generalizar, cada persona es un mundo, por lo tanto cada borderline será un
mundo digo yo. Pero psiquiátricamente hablando, se supone que tenemos unos
patrones comunes, muy comunes según la cabecita de mi querido doctor. Me gusta
mucho hablar en mi diario de cabezas de psiquiatras. Son peculiares, demasiado pecualiares. Eso también
influyó mucho en que decidiera crear este blog, donde pudiéramos expresar en
idioma humano como nos sentimos. Cuando
empecé a tratarme, los psicólogos y psiquiatras eras como pequeños seres
extraños, que mi cabeza de abogada no procesaba, como elfos que hablaban en
elfo, como seres de pandora, de otro planeta
.
.
“Estar loco no estar deshecho,
ni albergar un oscuro secreto, es ser como tú o como yo, pero AMPLIFICADO.” Girl
interrumpted, 1999.
Toda la vida llevo pensando: "porque
todo me tiene que pasar a mí?".
He oído esa frase en boca de tanta gente, tantas veces, pero en boca de un borderline, o en la mia concretamente, cobra un sentido diferente, en mi caso, tiene más razón que un santo. Llevo toda la vida causando que todo me pase a mí, con mis comportamientos impulsivos e imprudentes. Sin medir las consecuencias, sin pensar en que pasará mañana si hago esto o lo otro.
Mi cabeza borderline no concibe pensamientos a largo plazo, todo tiene que ser ya. Lo necesito ahora y por que si. Lo necesito tanto. Necesito verte ya. Necesito estar contigo más que nada en este mundo. Necesito ese telefono, ese jersey o que esa persona me quiera porque sino me muero y tiene que ser ya.
He oído esa frase en boca de tanta gente, tantas veces, pero en boca de un borderline, o en la mia concretamente, cobra un sentido diferente, en mi caso, tiene más razón que un santo. Llevo toda la vida causando que todo me pase a mí, con mis comportamientos impulsivos e imprudentes. Sin medir las consecuencias, sin pensar en que pasará mañana si hago esto o lo otro.
Mi cabeza borderline no concibe pensamientos a largo plazo, todo tiene que ser ya. Lo necesito ahora y por que si. Lo necesito tanto. Necesito verte ya. Necesito estar contigo más que nada en este mundo. Necesito ese telefono, ese jersey o que esa persona me quiera porque sino me muero y tiene que ser ya.
Todo lo que hago y siento, lo
hago y siento amplificado. Vivo de obsesiones momentáneas. Que me duran un
tiempo determinado pero que son tan fuertes como el fuego, como la enfermedad más
potente, como un tsunami que a su paso todo lo arrastra, como una niebla tan
densa que por más que te esfuerces no puedes ver nada más.
Vivía en una constante búsqueda de
sensaciones, todo me aburría soberanamente cuando lo conseguía, me aburría de
la gente, de los deportes y de las ciudades, he perdido la cuenta de cuantas
veces me mudé. Me aburría de los hobbies, de los estudios y de los amores, he
perdido la cuenta de cuantas veces me enamore y me desenamoré.
Pero cuando quería… quería
amplificado. Quería tanto, quería con tal desmesura que me dolía el cuerpo. No
existía nada más. No existía mi familia, no existía, ni el dinero, ni el
trabajo. Solo existía él, fuera quien
fuera. Lo dejaba todo por estar a su lado. Yo dejaba de existir. Y si tú no
existes nadie te puede querer. Nadie puede querer a alguien que no existe. Y
así, fuera quien fuera, dejaba de quererme y yo entraba en un círculo de
autodestrucción, porque si EL no me quería, yo necesitaba seguir en esa búsqueda
de sensaciones, que me pedía mi enfermedad, necesitaba seguir en ese pico de éxtasis que él me daba, y
recurría a la vía fácil, a emborracharme compulsivamente, a consumir
sustancias, a tirarme en paracaídas, a mudarme de ciudad, a tirarme con la
tabla por la pista más difícil… hasta que me enamoraba del siguiente. Fuera lo
que fuera con tal de seguir alimentando la enfermedad.
Y era la más feliz del mundo
cuando conseguía mantenerme enamorada y correspondida, o cuando conseguía
salirme con la mía, con mis caprichos o impulsos, pero cuando no lo conseguía,
cuando todo caía en picado, era una bomba. Cuanto más grande es la subida, más
ruido hace al caer. Era el apocalipsis. Mis caídas eran como la guerra de Vietnam.
Dolor, tanto, dolor. Llegaba a sufrir tanto que era insoportable, sufría con el dolor de mil personas a la vez.
Dejaba de existir, me vaciaba por dentro, me dolía el pecho como si me clavaran
mil puñales. Y volvía a entrar en el círculo, de mantenerme bebida, o de intentar
volverme a enamorar, para que alguien por favor, consiguiera parar ese
sufrimiento, ese sufrimiento, amplificado.
el bordeline sufre y ama amplificado
ResponderEliminarAna, por que decir que eres boderline para justificar lo que haces es igual que tus colegas del club 69 se quejen del Congreso por falta de moral y ética ........ graciosa
ResponderEliminar