26 noviembre, 2014

¿Estoy dispuesta a pagar el precio? Y como controlar los impulsos


¿Qué significa realmente ser Trastorno límite de la personalidad? La palabra borderline significa en la línea, limítrofe, fronterizo. Como ya muchos sabréis o por mis posts habréis deducido, las personas TLP nos movemos en una constante línea límite, entre la responsabilidad y la inmadurez, entre el sentido común y la irracionalidad, entre estar cuerdos y estar locos, entre el amor y el odio, entre la tranquilidad y la desesperación, entre el control y el más absoluto descontrol. Eso es ser borderline. Una incesante inestabilidad emocional, relaciones interpersonales caóticas y continuos impulsos incontrolados.


Lo más duro de todo es la falta de comprensión por parte de la gente que nos rodea. Como hacerles entender a los familiares o amigos algo que ni siquiera tú mismo eres capaz de entender. Pueden intentarlo, pueden hacer un esfuerzo, pero cuando todo se te va de las manos, cuando tus impulsos o tu ira se apodera de ti, difícilmente alguien te puede entender. Es como estar absolutamente solo en una habitación, es como gritar y gritar y que nadie te oiga.


El hecho que a mi más me atormenta y no sé si a mis compañeros borderline también les pasa, es el hecho de perder mis alas. Dejar de ser la persona libre y descontrolada que era. Me angustia verme sin ellas, me desestabiliza pensar que me las quieran quitar. Comprender como dice mi Querido doctor A. que las alas con las que estamos acostumbrados a volar ya no sirven. Que no podemos seguir volando a base de impulsos y malas decisiones porque seguiremos estrellándome una y otra vez contra la misma piedra. Si queremos una vida estable y ordenada, no hay que renunciar a las alas, pero hay que saberlas cambiar, transformar en otra clase de alas, más seguras y duraderas.


¿Como podemos ejercitarnos para poder controlar los continuos cambios de ánimos, los impulsos y los conflictos de personalidad? ¿Como podemos hacer para que esa línea sobre la que vivimos en continuo equilibrio no nos destroce?

Lo primero es empezar a distinguir y reconocer los impulsos. Solo cuando aprendamos a reconocerlos con anterioridad, seremos capaz de evitarlos o por lo menos controlarlos. Cuando tengamos que tomar una decisión, cuando pensemos que necesitamos algo más que nada en el mundo o nos venga a la mente una emoción incontrolada, debemos pararnos a pensar. Debemos pensar si esa decisión, ese grito o esa actitud nos traerán consecuencias posteriores que nos harán daño. Debemos parar y pensar si el resultado de nuestro comportamiento nos perjudicará o perjudicará a cualquier otra persona.

Lo primero de todo como he dicho es saber reconocer que lo que nos sobreviene es un impulso o una situación de descontrol.

Lo segundo que debemos hacer es dejar pasar el pico de la ansiedad. Todo pasa, como ya dije una vez en el post como controlar la ansiedad, hay que recurrir a la campana de Gauss. No podemos mantenernos en esa situación disparadora  para siempre así que si nos relajamos, recurrimos a pensamientos alternativos y dejamos pasar el pico, seremos capaces de tomar decisiones controladas.

Lo tercero que podemos hacer una vez tenemos el control es hacer unos sencillos ejercicios. En un papel podemos plasmar los pros y los contras de la decisión o situación, si grito a esa persona que consecuencias positivas o negativas traerán o si cojo la maleta y me voy, o si dejo el trabajo, o si me enfado con mi pareja… Otro ejercicio que a mi me es muy útil es pensar si es una decisión que le recomendaría a una persona que quiero de verdad. Por ejemplo si le recomendaría a mi hija llevar a cabo tal actitud. Y otro de los ejercicios es recapacitar sobre si ese impulso lo tendría o lo llevaría a cabo una persona que pensamos cuerda y racional.



Cualquier persona que no sea TLP puede pensar por la explicación que esto es muy fácil pero mis cabecitas bordeline saben que tratándose de nosotros el pararnos a pensar, controlar y hacer estos ejercicios puede resultar extremadamente difícil cuando nos encontramos en medio de una crisis. No lo aprenderemos en un día, ni en diez, es una carrera de fondo, y entrenando poco a poco, se puede llegar muy lejos en nuestra enfermedad.

Tenemos que aprender a vivir de la manera más saludable posible, por nosotros mismos, y por la gente que nos rodea. Porque seguir queriendo volar con las alas rotas solo nos traerá frustración y desesperación, y estrellarnos una y otra vez. Tenemos que dejar crecer alas nuevas, limpias y sanas. Olvidarnos de pasado y solo mirando hacia delante, con calma, podremos ser capaces de cambiar las cosas. Y de llegar a tener por fin el control de nuestras vidas. Como dice mi querido Doctor, ¿estamos dispuestos a pagar el precio del Cambio?
Para más información sobre trastorno límite de la personalidad, adicciones y patologías duales:
http://ivane-adicciones.com/transtorno-limite-de-la-personalidad/





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