16 noviembre, 2014

Un viaje, unas verduras, y unas amigas lesbianas







Queridas Cabecitas Locas!

He estado unos días fuera. Me he embarcado en mi primer viaje de trabajo. Y ha sido un éxito!

El despacho me ha mandado a un curso a Murcia, pero la realidad es otra, la realidad es que me he ido a una misión espía especial. Como es un asunto confidencial, vamos a poner que me he ido a estudiar… las lechugas.

Todo empezó cuando llame la pasada semana a Suiza para preguntar una cuestión que concernía mi caso, un importante caso de unas lechugas que se pelean contra unas berenjenas.  Con la suerte de que me pasan con el mas Alto cargo en lo que a estos asuntos se refiere, La Sra. Verdura.

La Sra. Verdura con la que comienzo ha hablar en mi estupendo François, resulta que es majísima, y española. Y al averiguar que yo también soy española, me comenta que en dos días va a dar un curso en la universidad de Murcia sobre el gran mundo verduril, al que me invita oficialmente, ya que opina, dada mi pregunta, que me podría interesar muchísimo.

Mi cabecita loca se pone a maquinar automáticamente. Ya que siendo yo muy culo inquieto, y  gustándome  más un viaje que a un niño unas golosinas, considero que es una oportunidad irrechazable de conocer a la Sra. Verdura, de aprender y de avanzar en mi caso LECHUGAS VS.BERENJENAS.

Me pongo a investigar el curso. Son dos días, y cual es mi sorpresa, los que lo impartan son la jet set del mundo vegetal internacional. ¡Mi caso está absolutamente relacionado con todos ellos!

Ni corta ni perezosa, se lo propongo al Sr. P, y le parece una idea estupenda. Al día siguiente la secretaria, la Señora Rottenbawer, ya me tiene preparados los billetes, el hotel y la inscripción al curso. Me reúno con el Sr. P y me da todas las indicaciones que tengo que tener en cuenta en mi viaje. Escuchar, espiar , conocer a la gente y observar. Una misión absolutamente de espía internacional, y de comercial. Que divertido, ya sabéis cabecitas, que siendo yo muy bordeline me pierden estas sensaciones extremas. Una cosa que me hizo especial ilusión fue cuando el Sr. P. me entregó mis propias tarjetas del despacho, “elhotelitodenu” abogados. No me lo puedo creer, en una semana ya me está mandando en nombre y representación del despacho a una misión, con mis tarjetas. Me llena de orgullo y de motivación. Conociéndole, se que es un voto de confianza, saliendo de el, muy importante. Mandarme en nombre del despacho, con mis propias tarjetas. Podría haberme mandado simplemente como una estudiante mas al curso. Simplemente escucha y aprende. No puedo cagarla, dios, cabecita, no la cagues.

El día del viaje me propongo comprarme ropa decente de abogada y ultimar los detalles. Aparezco en el despacho un par de horas antes de partir, con una bolsa de gimnasio, llena de ropa a reventar, el portátil, cargadores, bolsa de aseo… El Sr. P y la Sra. Rottenbawer me miran ojiplaticos. ¿No tienes una maleta chiquilla!? ¿Y una funda de portátil? ¿Como piensas ir al curso con el ordenador debajo del brazo o colgado del cuello? Que barbaridad, cuantas cosas hay que pensar, no había caído. Pensaba que con repasarme el caso y comprarme un par de zapatos nuevos estaba todo hecho. Me dan una maleta de mano y una funda de portátil, y pienso que este despacho debe tener alguna puerta de todas las del pasillo circular donde haya un chino, vendiendo material de contrabando viendo su pequeña tele en chino,  en este despacho hay de todo.

A los dos días de haber hablado con la Sra. Verdura, ya estoy en el tren hacia Murcia. Repasándome todos los papeles del caso LECHUGAS vs. BERENJENAS. Muy ilusionada y sintiéndome muy importante con mis tarjetas en el bolso.

El hotel es el típico hotel gigantesco lleno de luces, se entra por unas escaleras mecánicas. Y dudo si he llegado al hotel o si me he metido sin querer en el corte inglés. Cuando hago el check-in, vuelvo a sentirme importante porque lo tengo todo preparado por la Sra. Rottenbawer a nombre de la empresa. La chica de recepción siendo ella muy maja y muy sudamericana, me pide amablemente una tarjeta de crédito como fianza. Y le tengo que decir que no tengo. Señorita, es que siendo yo muy borderline no se me tiene permitido tener tarjetas de crédito, por esas cosas de los impulsos, no vaya a coger un avión a Punta Cana en vez de ocuparme de las verduras. Me mira raro, no te fíes de un abogado que no tiene tarjetas de crédito. En el ascensor, subo pensando en todas las clases de urgencias y emergencias que me pueden pasar y en las que puedo necesitar la tarjeta, todas las clases de desgracias mundiales, robos, invasiones zombi, y cualquier cosa de las típicas que me suelen pasar a mi. La habitación es muy bonita, con su cama de hotel, sus mesitas de hotel, y su baño como todos los baños, no entraré en detalles.

Después de instalarme y ducharme, me propongo bajar a cenar. Mi amiga de recepción me comunica que no tienen restaurante, cosa que me parece rarísimo siendo un hotel tan grande y con tantas luces, pienso en preguntarle si esta segura, igual tienen y ella no lo ha encontrado. La cuestión es que me invita a dejar el hotel para buscarme la vida. Me siento tranquilamente a buscar por internet un buen restaurante. Ya que tengo que salir sola, por lo menos que sea a una sitio que me guste, y encima paga el Sr. P, bueno, la empresa. Encuentro el sitio perfecto, un japonés fusión, al que ponen muy bien las críticas.

El restaurante es muy moderno y acogedor, con luces bajas y mesas altas de madera. Ceno estupendamente, el camarero es majísimo y la comida es increíble. Le comento que me de el ticket para la empresa pero cuando llego al hotel, después de mi cena, me doy cuanta de que me lo he olvidado, muy típico de esta cabecita. Intento llamarle sin éxito, y decido que al día siguiente, repetiré sitio, ya que me ha gustado tanto, para recuperar mi ticket, no vaya a ser que a la Sra. Rottenbawer no le cuadren las cuentas, se le erice el pelo y tengamos un disgusto.

PRIMER DIA DE CURSO:

Llego a la universidad con tiempo, con mi outfit de abogada, muy mona yo, y me dispongo a dar mi nombre en la mesa de inscritos.

-       Hola “elhotelitodenu” vengo de parte de la Sra. Verdura.

-       Si, Sra. Hotelito, tienen reservada la primera fila.

Ejem, ¿como? Me siento muy VIP y me dispongo a instalarme en el salón de actos en mi primera fila reservada. La cuestión es que me han confundido con una ponente, y estoy rodeada de todos los personajes importantes, a los que debo observar y espiar en mi misión especial. A mi derecha se sienta el Sr. Raíz, a mi derecha la Sr. Verdura, que la reconozco al oírla presentarse a otras personas, y a su derecha, el Sr. Pimiento. El Sr. Pimiento es un personaje a espiar mucho, según ordenes del Sr., ya que está muy metido en LECHUGAS vs BERENJENAS.

Nos sentamos y me presento oficialmente a la Sra. Verdura recordándole nuestra conversación telefónica, y se pone muy contenta de que haya podido asistir al curso, con tan poca antelación. Me presenta al Sr. Pimiento. Que nervios, me siento como Mata Hari.

Empiezan las ponencias. Son todas en inglés. Hablan el Sr. Pimiento y la Sra. Verdura, aprendo mucho. Me sorprende que todas las presentaciones me sean de tantísima utilidad para el caso LECHUGAS vs. BERENJENAS, que bien he hecho en venir. Me estoy haciendo toda una experta en el mundo vegetal.

Llega el descanso para comer y le pido a la becaria a ver si me pudiera pasar las fotos que está haciendo, con el fin de incluirlas en el informe para el Sr. P. Me dice que me las dará en la comida, que tenemos mesa reservada. No fastidies! No no no.. comida no. ¿De que hablo tanto rato con esta gente? Seguro que se me ve el plumero, seguro que me pillan que vengo en misión especial y que soy de LECHUGAS vs. BERENJENAS.

-       Perdona, no tenía ni idea de lo de la comida.

-       Ah! Pero que tu no eres ponente?

-       Yo? No no

-       Ah pues entonces, no, es solo para ponentes.

Después de que me hayan confundido dos veces con ponente y de haberme hecho ver que soy de categoría inferior, consigo librarme de la comida y me voy a comer mi bocata a la cafetería de la universidad. Ahí donde se habla, se ríe y se juega al mus. Mucho mas mi sitio, si señor.

Por la tarde más ponencias, de gente que sabe mucho, el Sr. Raíz y la Sra. Rama, que es una investigadora muy pro. Formulo un par de preguntas, en inglés, que algo tienen que ver con mi caso, les parecen preguntas muy interesantes y me quedo muy contenta con la explicación.

En los descansos, comienzan a hacerme mas preguntas.. de que despacho vienes, de donde eres.. Me pregunto si ya se me está viendo el plumero. Yo discreta ante todo, intento no profundizar demasiado en nada y seguir todas las indicaciones del Sr. P.

Al final de la jornada me vuelvo en taxi al hotel con la Sra. Verdura, el Sr. Raíz y el Sr. Pimiento. Que gran trabajo. En un día he conseguido intimar y meterme 20 min en dos metros cuadrados con el núcleo de mi investigación. Hablan de sus respectivos trabajos, yo soy todo oídos, y me preguntan sobre mi vida, donde he echo la carrera y de que manera. Doy las respuestas perfectas, discreción y decir justo lo que hay que decir. De momento va todo viendo en popa. Saben de que despacho vengo, saben que hablo inglés y francés y que me he financiado la carrera trabajando. Creo que he dado buena imagen. Llegamos al destino, nuestros hoteles están pegados, y el Sr. Pimiento me dice que si el despacho me paga el taxi que page yo. Muy grande Sr. Pimiento. Están encantados, nos despedimos, y me alegro de que no se les haya ocurrido invitarme a cenar, ya que tengo la misión de recuperar mi ticket para la Sra. Rottembawer. Y de todas formas, en una cena con tanto tiempo para hablar y preguntar, se puede cagar en un segundo, lo que he conseguido en un día.

Llego al hotel, día superado.

Repaso las notas tomadas en el día, hablo con la familia, me ducho y me voy a cenar. En el japonés sigue mi amigo el camarero, más sonriente y amable que ayer, al ser la segunda vez que nos vemos. Decido sentarme fuera ya que hace una noche estupenda y hay menos jaleo, por si me llama el Sr. P para contarle  tranquila las novedades. En la terraza hay solo una mesa ocupada, por cuatro chicas de mi edad, parece que se lo están pasando en grande. Una de ellas se acerca a pedirme la hora y se presenta como la cocinera del lugar, es súper simpática, y me comenta que ya sabe que repito sitio. Las observo y caigo claramente en que son dos parejas de lesbianas. Una de las parejas son las dueñas del local, de ahí el nombre bolleril del sitio. Hablo con el Sr P. alucina con las novedades y con lo bien que va mi misión. Mientras espero la comida, me llega un aperitivo de parte de las chicas, una viera braseada, de las mejores cosas que he probado en mi vida. Sigo confirmando que son majísimas. Vuelvo a cenar increíble, y las chicas me invitan a tomar el postre en su mesa. Me siento con ellas y me lo paso bomba. Una de las cuatro es monologuista, la reina de los monólogos bolleros y feministas. Una grande. Son las cuatro divertidísimas y paso un rato relajada, contándoles mis historias, y riéndonos hasta de nuestra sombra. Que gran viaje. Pero son casi las 12 y como cenicienta tengo que volver a mi castillo de luces y colores que mañana me esperan las verduras.

Al día siguiente retomamos el curso, siguen las ponencias, y en el descanso. Las preguntas de los personajes a espiar son cada vez más concretas. El Sr. Pimiento me pregunta en que caso andamos metidos y yo que no quiero entrar en detalles le contesto que en uno.. que esta en proceso, que tenemos el juicio a final de mes. Con esos pocos detalles y con las preguntas que llevo formulando durante el curso el Sr. Pimiento tiene claro que vengo por el caso LECHUGAS vs BERENJENAS.  

Se acaba el día, fin del trabajo, creo que a salido todo a pedir de boca. He hecho buenos contactos. He dado mis tarjetas de “hotelitodenu” abogados, he conseguido tarjetas importantes del mundo verduril. He sido discreta no he hecho ninguna cagada gorda y me llevo de vuelta información importante para mi caso. Creo que el Sr. P estará muy contento.

Me voy hacia la estación con el Sr. Pimiento y otro Sr. Importante en taxi esta vez pagan el y su cara ya es de circunstancias, ya saben quien soy y de donde vengo.  Me despido amablemente con dos besos, encantada de haberles conocido, ha estado muy bien el curso.

Por casualidades de la vida cojo el tren con mi amiga monologuista. Que subidón. Todo el rato de tren de monologo gratis. Tanto por mi parte como por la suya. Me lo paso pipa. Me paso el viaje contándole mis penas y alegrías. Nos reímos a más no poder. Es una persona de esas que te cruzas en la vida y dejan huella. Me hace de psicóloga durante el trayecto diciéndome cosas tan claras y tan obvias que ni mis psiquiatras y terapeutas me habían ayudado tanto en mucho tiempo. Desde aquí le doy las gracias a esa cabecita loca.

Llego a mi destino. Subo al despacho, arreglo las cuentas con la Sra. Rotembawer, que le cuadran y respiro con tranquilidad, le cuento las novedades al Sr. P, y alucina bastante con mi desparpajo. El hecho de echarle tanto morro, el hecho de llegar plantarme en primera fila y empezar a hablar con todo el mundo supongo que es lo que mas le llama la atención. Y la información que traigo del caso le sorprende y la cuestión es que nos soluciona una cosa muy importante. Todos contentos.

Bueno cabecitas, aquí acaba la historia, de mi primer viaje de trabajo, unas verduras, y unas amigas lesbianas, espero haberos entretenido un ratito, yo me lo he pasado muy bien contándoos mis aventuras. Un beso o dos y nos vemos pronto cabecitas.
*Los lugares y los nombres de los personajes pueden no estar sujetos a la realidad. 
 

2 comentarios:

  1. Jajajajajajaj pedazo aventura me parto! Pero un buen trabajo realizado! Muy bien nuria muy bien! Después de esta aventura vegetariana te quiero ver! Un beso! Y a empezar bien la semana laboral que ya eres toda una trabajadora!

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  2. jaja pues siii una aventura Sr. A. Sabes que estas invitadísimo a verme cuando quieras. un abrazote verduril. FELIZ SEMANA CABECITA!!!

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