11 noviembre, 2014

Mi primer día, el Sr. P. y un pasillo circular



Buenos días Cabecitas Locas!


Ayer fue mi primer día de trabajo. Y he sobrevivido.



Ya que tengo que decir que tengo una dificultad añadida, no tengo bastante con ser TLP, tener una niña en plena crisis de hiperactividad de los dos años, y una familia encima de mi a todas horas preocupada por todo lo que hago, y no la culpo porque sus razones tienen.



A lo que íbamos, ya es bastante difícil empezar en un nuevo trabajo, con nuevos compañeros, recién licenciada con 30 años, cuando todos te miran escrupulosamente, todos te juzgan, no sabes hacer nada, no sabes donde esta nada, y encima, queridas cabecitas, el jefe… es tu padre.



Y para mas inri, esta es mi segunda oportunidad, la primera la cague estrepitosamente, me probó un día, me incorporé, me montó un despachó, me entró el acojone, me dio una crisis, me dió un impulso y al segundo día no aparecí, dejando a mi padre, el despacho y a todos con cara de sepia fria. Así que todos me conocen como la hija del jefe que se licencia con 30 años viene un día y desaparece. Vamos, menos mal que mi querido Doctor A. me dijo que presiones las justas y con cuentagotas, porque he entrado que apenas podía mantenerme en pie sobre mis dos patas de alambre temblorosas.



Trabajar con tu padre es una gran putada, ya seas fontanero, panadero o abogado, ya seas depresivo, borderline, o estés más feliz que una perdiz, ya veas la vida en colores o en blanco y negro, la familia y el trabajo en la misma olla raramente sale bien. Te llevas el trabajo a casa y lo personal al trabajo.



Mi padre que resulta no ser mi padre para rizar mas el rizo, es el marido de mi madre, me ha criado desde pequeña, así que para mi es mi padre sin perjuicio de que mi padre biológico sea mi padre también. ¿Entendemos cabecitas? La cuestión es que le tengo todavía más respeto que si fuera mi padre padre.

Vamos a ver si nos entendemos, una familia es como si fueras funcionario, nadie te puede echar, tus padres son tus padres, supuestamente, te tienen que querer y aceptar tal como eres, y aguantar, seas como seas, si les toca un personaje de hijo de aquí te espero de esos del programa hermano mayor pues ajo y agua, pero si al Sr. P. se le hinchan las bolitas, no hay lazos de sangre que valgan, por más 30 años que lleve con mi madre, y eso vale tanto en casa como en el trabajo. Y ya os digo yo que a nadie le gustaría hincharle los buñuelos al Sr. P.

En lo que a sentimientos se refiere, es una cuestión peliaguda, puesto que al igual que se sobreentiende que tus padres te tienen que querer por ser tus padres también parece que están en la obligación de darte y de hacer cosas por ti por ser tus progenitores. Pero el Sr. P., nunca a tenido esa obligación conmigo puesto que no soy su hija biológica, y aún así me ha dado más de lo que ningún niño podría desear, me ha dado y ha aguantado demasiado. Por lo tanto siento hacia el un sentimiento de cariño pero a la vez de profundo agradecimiento que me hace sentir como que le debo demasiado, y eso puede llegar a ser contraproducente en la vida y en el trabajo. Como que siento a la vez que le quiero y que estoy pillada por los huevos y que tengo que dedicar mi vida a responder por todo lo que me ha dado.

Es la única persona que consigue hacerme llorar con una mirada y solo pensar en el me pone un nudo en el alma. Es una mezcla de amor, miedo, respeto y agradecimiento. Una mezcla de sentimientos que este pájaro no procesa bien. Siempre hemos tenido una relación complicada, yo, la persona más desastre del mundo, y el, la rectitud  más absoluta.



Volviendo a mi primer día de trabajo. Me he presentado yo, con mi look de abogada otoñal medido al milímetro, quería causar buena impresión. Leggins negros, americana negra, fular camel, piernas temblando, bien perfumada, maquillada. Sintiéndome tan poca cosa frente a ese enorme portón de madera. El despacho ocupa toda una planta alta, en uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. El problema de que ocupe toda una planta es que forma un pasillo circular comunicado por ambas partes, vamos que no tiene fin, el terror de la nueva incorporación. Un enorme pasillo circular con 1000 puertas. Con lo cual he pasado la mañana caminando en círculos y entrando en despachos: Uy! Perdón! Uy! Disculpa! Lo siento!

Me he instalado en la pequeña salita de reuniones donde me tenia que ver con el Sr. P. Una pequeña sala donde solo hay una gran mesa cuadrada de roble (creo, o vamos, de madera de la buena) rodeada de comodísimas sillas de cuero negro. En una de las paredes hay un gran cuadro abstracto de tonos verdosos a juego con la moqueta que cubre toda la sala. En la otra pared de mármol, una estantería de cristal empotrada donde reposan dos grandes figuras de esquimales que descansan sentados y se abrigan con sus pieles, recuerdo esas figuras, solían estar en el salón de mi casa, solía jugar con ellas a inventarme historias de aventuras en la nieve.



Cuando llega el Sr.P. con su té me ofrece café,  lo rechazo amablemente, me parece más profesional…a mala hora. Sobre la mesa hay 6 cajas enormes de archivos, como me iba a imaginar que todas eras par mi! Que divertido.

Me explica el caso, pero no el caso en sí. El caso desde el origen de los tiempos. El Sr. P. es así. Es como si me quisieran explicar si Podemos ganaría hoy una elecciones y me empezaran contando que Pablito Iglesias jugaba con una pelotita en la plaza de su pueblo , le gustaban los garbancitos de su abuela, se mordía las uñas, tenía un perrito que se llamaba Pancho…

La cuestión es que no se si serían los tonos verdes de la habitación, acordarme de las historias de los esquimales, la voz calmada del Sr. P, que quieras que no es “mi padre” y la voz de un padre pues “che”! da sueño! Que era incapaz de mantener los ojos abiertos. Dios mío ese café.



Cuando a acabado con la primera parte del caso y se ha metido en una reunión me he propuesto ir a por ese café para ponerme al lio con fuerza, y después de 10 minutos caminando en circulo y abriendo puertas, uy perdón, uy lo siento, he encontrado la cocinita, pero aquí la gente no parlotea alrededor de la maquina de café como en la tele, aquí todo está en silencio, no hay nadie en la cocina, y la gente trabaja. ¿Serán todos extranjeros?

Feliz semana cabecitas locas!!






5 comentarios:

  1. Buenísimo post. Enorme pena, o no, tu enfermedad, porque ese don de escribir, transmitir, observar, reflexionar no lo tenemos los sanos. Y desgraciadamente los familiares de personas con este trastorno no les vemos brillar de esa manera. Tu familia es muy afortunada de tenerte y el Sr. P. que parece una gran persona, no sabe lo mucho que le correspondes, o si. Seguramente llevas toda la vida estando a su lado y le has devuelto con creces lo que el te ha dado. Nadie siente lo que tu sientes sin ser correspondido. Disfruta por sentirlo y por ser correspondida.

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    1. Muchas gracias por tu comentario, no sreo que llegue nunca a devolverle al Sr. P. todo lo que ha hecho por mi, pero la verdad es que si, llevo toda la vida a su lado, dandole cariño, que ya es mucho. Gracias otra vez por tu comentario, me ha hecho reflexionar cabecita loca.

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  2. Joder lo cuentas tan bien que como si lo viviera ! Me ha entrado tembleque en las piernas a mi también... Pero bueno ya esta prueba superada! Ahora al lio y sin abrir puertas equivocadas!

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  3. Queridas cabecitas: No sabeis como me alegra levantarme y ver vuestros comenarios. Me hacen ver que esta locura de hotelito sirve para algo. Que hay gente que me lee. Escribir es una terapia para mi y aferrarme a ello me ayuda mucho. Os lo agradezco mucho cabecitas! Un abrazo!!

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  4. Que pases un buen dia de trabajo y sigue asi! Ya le diremos al señor p que grabe un episodios de camera cafe en la oficina! Besos.

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